Yo vivo entre los árboles
y lanzo las piedras que más se parecen a mí.
Tú vives en el borde de un tejado,
los ojos fijos en las nubes,
los brazos desplegados
como alas de una estatua
listo para todo.
Y ves cómo la nube
se olvida de sí misma:
tu mirada está puesta
en las máscaras de dios.
Yo no puedo librarme de mí,
me veo reflejo en los cristales,
en lo brillante de las bóvedas
y lo negro de la tierra.
Seré ahogado en un espejo.
Pero tú puedes tocar el espejismo,
descansar en el sillón sin preguntarte
cuándo habrás de concluir.
No tienes deseos,
por eso cultivas mis huellas.
Y dices: sólo en el silencio
podremos escucharnos.
Lástima que el mundo no se calla.
Apenas dormir bajo tu sombra,
apenas que tu sombra diera frutos
para comer del sol.
Estoy seguro de mis pies,
de mi cuaderno, de mi voz
y de ti:
ahora mismo parpadeas, tienes hambre,
buscas el agua para saciar tu sed,
para llenar
mi vaso.
Poem by José Chapa
2 comentarios:
tan delicado, chapa.
extranhaba leerte amigo...
saludos!
Hola viejo cabrón, que gusto encontrarte de nuevo con la vieja navaja de hacer estaquitas.
Se te perdió la lengua en algún pelea, te la mordieron los ratones, hombre que estás ecsribiendo horroroso.
Ahí la primera estrofa y la segunda casi como Alemania, España y Holanda haciendo que empujan, que se totean de jugar pero viene el segundo tiempo con el resto de no decir nada y de pronto, que d epronto ni que nada, como siempre, te inventas una finta de naday cabezaso que la mete en la malla generando goles medianamente buenos.
Extraño tu buena verborrea, a ver si le atinas a la diana.
con aprecio del bueno. Ya pa que te lo digo si lo sabes, genio, un abrazo.
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